No sé si sabéis queridos lectores.... que desde el cuarto mes de embarazo, los humanos somos capaces de discernir los sonidos que nos llegan del exterior como voces, sonidos fuertes o música.
Según el llamado efecto Mozart, el hecho de exponer a una criatura en pleno proceso de cocción a la música clásica, es sinónimo de proporcionarle una vida exterior llena de suculentas bondades intelectuales tales como una mejora en las capacidades cognitivas, de razonamiento o de expresión verbal.
Es por esto, padres inquietos y aburridos internautas, que desde este vuestro blog queremos apoyar el alzamiento sónico por la pureza de la raza melomaníaca planteándonos un reto mucho más ambicioso: Dotar a la criatura en ciernes de los cimientos musicales necesarios para que antes del primer aliento de vida, ésta haya degustado los manjares de la buena música (además de obtener sabe dios cuantos superpoderes) con.... NUEVE DISCOS QUE TIENES QUE ESCUCHAR ANTES DE NACER.
La inyección musical puede comenzar donde lo dejan nuestros colegas mozartianos. Después del imprescindible amanecer auditivo a través de las sonatas de piano de Mozart, Lizt o las sinfonías de Beethoven, es momento de cruzar las frontera de la música prohibida. Y una muy buena forma de hacerlo puede ser arrastrando la voluntad de nuestro bebé por los recónditos y bellos sonidos del jazz de la mano, por ejemplo, de Miles Davis y su Kind Of Blue.La encargada de descubrir la música vocal y abrir los caminos del Soul será la maternal voz de Aretha Franklin y su I Never Loved a Man The Way I Love You. Mientras que el rock negroide de The Rolling Stones con su Exile of Main Street, hará de maestro de ceremonias en el paso al mundo de las guitarras y la adrenalina que alcanzará su máxima expresión en el todopoderoso Highway to Hell de ACDC.
Una vez consumidos los ritmos más raciales del rock y sus orígenes, es posible que sea el momento de introducir al diminuto proyecto de adicto musical, en el universo del rock progresivo con uno de esos discos que cambiaron la historia de la música, Dark Side of The Moon de Pink Floyd, toda una joya de los canadienses Rush como es 2112, y un guiño a la presencia metalera en nuestro adoctrinamiento a través del Scenes from a memory de Dream Theater.
Para ir finalizando, nuestro viaje iniciático ha de tener una parada obligada en el mundo del directo y la magia que allí se respira, y qué mejor modo de hacerlo que con Queen y su Wembley 86. Una de esas bandas que podría ganarse el derecho a monopolizar la educación musical de cualquier niño, ser o criatura extraterrestre.
El tiempo apremia, y si la receta ha causado efecto, nuestro pequeño ser debería estar en plena efervescencia intrauterina y pidiendo a patadas que le administren algo a la altura de las circunstancias de una ruptura de aguas en condiciones y eso señores, tiene un nombre: Nevermind de Nirvana. Desde luego las consecuencias de suministrar de antemano tan generoso repertorio de emociones está totalmente fuera de nuestro control, por lo que es pronto para saber si esto desencadenará un antes y un después en la evolución del ser humano. Lo que es seguro es que si la acústica es buena, lo petamos. ¡Salud!
Para Nagore y Naia
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