Radio Birdman por Bob King |
Uno de los encantos que atesora el sonido aussie, que es como se autodenominan los australianos, es el de saber encajarte un mamporro melódicamente casi irresistible mientras te enganchan un derechazo de adrenalina en toda la boca con la guardia baja. Sus bandas suelen estar curtidas en el circuito de pubs local, donde la parroquia exige diversión inmediata sin poco o nada que hacer además de cocerse, lo que ha hecho que la selección natural del movimiento haya escogido aquellos cuya destreza a la hora de echar mano de unos buenos pildorazos de entretenimiento en vena, logre mantener contento al personal antes de que la cosa se vaya de madre.
Pero pese a que actualmente la escena australiana haya alcanzado un status de referencia, en sus inicios no fue del todo valorada. En los años setenta, cuando el rock comenzaba a empapar las radios, el papel cliché y ponía velocidad crucero a la revolución juvenil, los australianos fueron mirados con desdén por parte de los mercados inglés y norteamericano, lo que llevó a una subcultura que acabaría por explotar por méritos propios. Echando la vista atrás, si hubiese que escoger un punto de ignición en que el "colectivo kiwi" se emancipó de sus figuras paternas, inglesa y americana, sería en el momento en el que aparecieron dos bandas: The Saints y los protagonistas de esta entrada, Radio Birdman.
La historia de Radio Birdman comenzó como muchas otras, es decir, con la llegada del chico nuevo a la ciudad. El guitarrista Denis Tek aterrizó Sídney procedente de Detroit en 1972 para estudiar medicina, y entre sus bártulos trajo su pasión por nombres como The Stooges, MC5 o New York Dolls. Tras pasar por la banda TV Jones, acabó uniéndose en 1974 al vocalista Rob Younger del grupo The Rats para dar a luz a Radio Birdman. Al proyecto se sumarían el teclista y compañero de carrera de Denis, Philip "Pip" Hoyle, el batería Ron Keeley y Carl Rorke a las cuatro cuerdas, aunque pronto sería sustituido por el guitarrista rítmico de The Rats, Warwick Gilbert, quien por cierto acabaría por convertirse en una pieza clave tanto en el sonido de los dos discos esenciales de la banda, como en la iconografía de la misma, ya que sus estudios de diseño le valieron para perfeccionar el logo de las alas de águila y el ovni (que nació de la etapa TV Jones), que se convertiría en esencial en la historia del sexteto.
Logo de Radio Birdman |
Su casilla de salida siempre fue el rock ruidoso y frenético de las bandas insignias de Detroit, como MC5 o sus idolatrados Stooges (de quienes tomaron prestado el nombre de Radio Birdman de una “mala” lectura de su canción 1970 editada en el disco Fun House en el que se habla de Radio burnin), pero siempre manteniendo un pulso con el componente artístico que por aquel entonces representaban gente como The Velvet Underground. Pero el desembarco de aquel sonido, cuya sintomatología encajaría más tarde con el punk rock, no fue recibido precisamente con los brazos abiertos por los diferentes estratos del business australiano. Los Birdman era una banda demasiado agresiva para los estándares de la isla, con lo que continuamente eran vetados en las salas de conciertos y sus seguidores recriminados por bailar con demasiada fuerza. Sencillamente habían llegado demasiado pronto pese a ser, sin saberlo ni pretenderlo, portadores de un mensaje que el “desfase horario” con Detroit les impedía pregonar en Australia.
Denis Tek y Rob Younger |
Póster de la gira Blitzkrieg |
Pero 1977 también fue el año oficial del nacimiento del punk (al menos como etiqueta) de la mano de Ramones, y discos como el Never Mind the Bollocks, Here's the Sex Pistols, o los primeros trabajos de The Clash y The Damned, con lo que medio mundo (antípodas incluidas) empezó a poner ojitos a ese nuevo subgénero del rock y a su potencial sobre una máquina registradora. Los relojes culturales de medio planeta comenzaban a sincronizarse, pero los Birdman nunca fueron una banda de punk al uso. Lo suyo era un rock n roll energético, nacido de la melodía sesentera y el ruido de los motores de Detroit, pero mucho más refinado que la mayoría de grupos que se sumaban a aquella nueva moda.
Fruto de aquella explosión cultural, ese mismo año el padrino de la escena punk de Nueva York y responsable del sello Sire, Seymour Stein (que ya acunaba en sus filas a grandes nombres como Ramones, Talking Heads o Undertones), viajó a Australia para hacerse con los servicios de The Saints, contemporáneos de Birdman y queredores igualmente de los sonidos garajeros de los sesenta (quienes, por cierto, también tenían problemas para dar conciertos y acabaron arrinconados en su propio local, el 76 Club de Brisbane), con la suerte que una de aquellas noches de jarana, Stein acudiese a un concierto de Radio Birdman y los fichase para su discográfica casi al momento.
Último concierto de Radio Birdman en Sydney, Andrew Needham |
Con Sire regrabarían el disco Radios Appear, incluyendo de nuevo a Pip Hoyle y manteniendo a Chris Masuak, pero para entonces los problemas de relaciones entre los miembros de la banda habían comenzado empeorar seriamente. Por un lado el hecho de que la autoría de todas las canciones del álbum Radio Appears recayesen únicamente en Denis Tek, acentuó el sentimiento del resto el grupo de que su trabajo no era lo suficientemente valorado y de que no se contaba con ellos para las labores creativas. Esto unido a la vuelta de Pip Hoyle, y que tanto él como Denis Tek querían continuar con su carrera médica, parecía poner en serio peligro la estabilidad de la banda que, aún y todo, se embarcó en 1978 en una gira por Reino Unido y Europa, que les debería llevar en la segunda mitad de aquel año a actuar como teloneros de los Ramones en una gira por EEUU.
Lamentablemente las tensiones internas, la apatía con la que fueron recibidos por el público inglés en aquel tour, y la guerra entre discográficas que acabó por obligar a Sire a soltar lastre deshaciéndose de la banda en medio de su periplo europeo, hizo cancelar los planes estadounidenses, y sólo daría margen para que aquel sexteto de lujo registrase un segundo disco Living Eyes (Trafalgar, 1981) que saldría unos años después de su separación.
Radio Birdman por Adrian Boot |
Después la ruptura de Radio Birdman, sus miembros siguieron en activo aunque en diversos proyectos que se entrecruzaron por momentos, entre los que destacan los fantásticos New Christ del cantante Rob Younger; Hitmen que acogió a Warrick y Chris Masuak; The Visitors con Keeley, Tek y Hoyle, o el súper grupo que montaron Denis Tek, Rob Younger y Warwick Gilbert, junto a Dennis Thompson de MC5 y Ron Asheton de Stooges.
Radios Appear comienza con toda una declaración de intenciones como es una versión de The Stooges, en TV eye. Una vez abierta la herida, la adrenalina sigue corriendo con la infatigable Murder city nights, que marcará la tónica de la excelencia hasta que la aguja abandone el último surco del vinilo. El sexteto arroja a la bacanal sonora coros, líneas de bajo abrasivas y agudas guitarras, que sumados al barniz surfero local que se cuela por las rendijas que deja la extenuante batería, logra una mezcla infalible de encanto sesentero, afilado y canalla que no permite cortes fallidos. Al menos en la segunda edición (la de Sire) la mano de Pip Hoyle se nota por primera vez en la más pausada Man with golden helmet, con un aire clásico que rompe los esquemas, antes de que Descent into the Maelstrom vuelva a clavar una pica en el cardiograma del álbum con unos Ron Keeley y Warwick Gilbert absolutamente geniales, que acompañan a uno de los momentos de Denis Tek más inspirados. Monday morning gunk se lanza por lo que parece un Gimme shelter de los Stones, para acabar tomando la tabla de surf y servir de antesala de uno de los pepinazos bailongos de la colección, la irresistible Do the pop. En Love kills el piano de Pip Hoyle vuelve a tomar protagonismo, antes de que nos preparemos para el ejercicio de salida del elemento con dos joyas de la corona: Hand of law (¡!) y la explosión catalizadora de New race.
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