El último concierto de Nirvana ocurrió en Munich, el 1 de marzo de 1994. Unos días después, Kurt Cobain tuvo una sobredosis en Roma. Ingresó en una clínica de desintoxicación el 30 de marzo en Los Angeles pero el 1 de abril trepó por una verja, y escapó del centro. De vuelta a Seattle, se encerró en su casa y cuatro días después se pegó un tiro. Había cumplido en febrero 27 años. Fin de la historia. Bueno…no del todo.
Hoy en nuestro blog dedicamos la entrada al que fue el último disco grabado por Nirvana con la formación al completo. Con todos ustedes, MTV Unplugged in New York de Nirvana del que se cumplieron el pasado noviembre, 30 añitos desde su publicación.
Grabado el 18 de noviembre de 1993, MTV Unplugged in New York acabaría lanzándose al mercado casi un año después, el 1 de noviembre de 1994. Tras la muerte de Kurt Cobain, el 5 de abril de 1994, se pensó en que formara parte de un álbum doble (se apuntaba al nombre de Verse Chorus Verse, como el nombre de uno de los descartes del Nevermind) que incluiría distintas grabaciones en directo de la banda, pero el suicidio del cantante hizo que la tarea de compilar material fuese demasiado para unos sobrepasados Dave Grohl y Krist Novoselic, y el sello decidió lanzar en solitario aquel concierto emitido por la cadena de televisión MTV el 1 de diciembre de 1993.
La cadena llevaba detrás de Nirvana bastante tiempo intentando que aceptasen grabar un directo en su nuevo y exitoso formato acústico. Un formato que le había reportado muy buenas cifras con artistas como Eric Clapton o Rod Stewart, aunque que también había visto pasar “outsiders” como R.E.M. o Pearl Jam. Pero para Nirvana la MTV representaba el enemigo. El grunge había aparecido en escena precisamente para echar de la fiesta al tipo guapo que la cadena MTV pregonaba como modelo de felicidad estudiantil, y lo hizo a ritmo de Smell like teen spirit, haciendo que los inadaptados salieran de sus madrigueras y se convirtieran en legión. Una legión muy rentable.
Recién salido In Utero en septiembre de 1993, un disco crudo que apuntaba en muchas direcciones de las cuales pocas recordaban a su antecesor, Nirvana entró al trapo de los ejecutivos de la cadena de televisión, pero sin acabar de convencerles simplemente adaptar su cancionero eléctrico al acústico como era norma en aquellos MTV Unplugged. A su alrededor, muchos de los primeros espadas del movimiento Seattle habían relajado la dosis eléctrica, y quizá Cobain veía ese concierto como campo de pruebas para lo que hubiese sido su siguiente paso.
Ante unos cada vez más incómodos productores, la banda desechó incluir éxitos en el repertorio (ni siquiera el single Heart shaped box del disco que estaban promocionando en aquellas fechas), manteniendo únicamente el Come as you are como tema más reconocible. Invitaron a amigos admirados (y desconocidos) como los hermanos Curt y Cris Kirkwood de los Meat Puppets para tocar tres canciones con ellos, que por si fuera poco no eran del registro de Cobain (Plateau o Lake of fire fuerzan visiblemente su voz), y arreglaron el set con versiones de temas de Bowie o The Vaselines.
Apenas ensayaron, y desde luego lo que lo hicieron no fue con el repertorio completo. Kurt Cobain andaba con síndrome de abstinencia y problemas de estómago, hasta tal punto que llegó a decir que no haría el programa el día anterior. Todo apuntaba al desastre. La batería de Grohl también fue un problema, ya que Cobain no quería que el golpeo del batería rompiera el áurea del evento. Hasta ese punto las cosas estuvieron en el aire. En el último momento se consiguió un juego de baquetas ligeras y unas escobillas, que Grohl jamás había utilizado, y salvaron también ese escollo. El propio Dave Grohl minutos antes aseguraba que no iba a ocurrir nada bueno.
Pero el cantante salió. Todos lo hicieron. En el escenario, adornado de lirios stargazer, una pobre iluminación, velas y una lámpara de araña (Cobain pidió a los productores una escenografía que recordase a un funeral) la banda salió acompañada por Pat Smear, que se había unido a ellos en septiembre de ese mismo año como guitarra rítmico, y la violonchelista Lori Goldston.
Antes de The man who sold the world, a Kurt Cobain se le oye decir, “Os garantizo que la voy a cagar en esta canción”. No fue así. De hecho, para muchos su versión supera la original. Aunque se saltara el protocolo purista y para este tema enchufara un ampli a la guitarra acústica, escondido (eso sí) dentro de una caja que hacía de monitor.
El disco se grabó en una sola toma (de los muy pocos que lo consiguieron) y es, de principio a fin, uno de los discos en directo más auténticos de la saga. Desde la elección de un tema de su debut como apertura y que el mismo Cobain presentaba como “un tema de nuestro primer disco que muchos de vosotros no conoceréis”, hasta la desgarradora versión de Where Did You Sleep Last Night, de Leadbelly, y que su amigo Mark Lanegan declinó cantar a su lado por su terrible estado de adicción en esos momentos (Kurt Cobain tocaría la guitarra en una versión de este mismo tema incluida en el debut de Mark Lanegan, The Winding Sheet de 1990, disco que acabaría siendo de gran inspiración para este directo).
Tras aquella última canción no hubo más que decir. El productor de la MTV, Alex Coletti, se les acercó después de terminar y les preguntó “¿Queréis probar alguna otra cosa? No tiene por qué usarse en el programa. Ni me atreví a sugerir “Smells Like Teen Spirit”. Krist y Dave se pusieron a pensar y Kurt simplemente me miró y dijo: “¿Cómo supero esa última canción?” Recuerdo que cogí el auricular y dije: “Se acabó. Hemos terminado” (cita del libro, Todo el mundo adora nuestra ciudad, SubPop).
El grunge a gran escala nació con Nirvana y, al menos en su primera aparición en el universo musical, murió con ellos. En una misa celebrada con lirios stargazer y con el cuerpo de Kurt Cobain todavía presente, e inmortalizando un acústico que ensalzaría al cantante como uno de los mejores intérpretes de su generación, y a Nirvana como una de las bandas más auténticas de su estirpe.
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