jueves, 17 de diciembre de 2020

The Damned

The Damned, 1977. Ian Dickson
The Damned, 1977. Ian Dickson

La primera ola del punk, cuyo epicentro se situó entre los años 1976 y 1977, sacó a la superficie de ciudades como Londres o Nueva York a un buen puñado de inadaptados que huían como ratas de la suntuosidad del rock setentero, para refugiarse en garitos de mala muerte donde poder tocar, gritar y desfasar hasta caer. 

Pese a que la iconografía del punk británico ha elevado a The Clash y Sex Pistols como las grandes figuras de aquella primera ola, The Damned fueron los primeros en editar material bajo esa inmensa etiqueta llamada punk. Su importancia y calidad quedaría eclipsada por la estruendosa aparición de los Johnny Rotten, Sid Vicious y compañía, pero lo cierto es que además de currarse dos de los mejores discos de aquella hornada (en los surcos de Damned, Damned, Damned y Machine Gun Etiquette), sus inquietudes les llevarían por el rock gótico, el new wave, el garage sesentero, apadrinarían el hardcore sin pretenderlo, y hoy en día continúan editando y alimentando una más que digna discografía. Los repasamos.

Hoy…¡Los malditos Damned! 

A mediados de los años setenta, el rock elitista de punteos interminables y florituras técnicas a granel, estaba arrinconando a muchos jóvenes que no encontraban en aquella virtuosa representación sonora de la realidad, un reflejo de su precaria vida laboral. Cierto es que aquel choque tectónico que se revelaba contra la dirección que estaba tomando el rock ya se había iniciado en Estados Unidos con los MC5, Stooges, Ramones o New York Dolls, pero en Reino Unido faltaba que alguien pusiera el bidón y la gasolina encima de la mesa para que diese comienzo la algarabía, y los elegidos fueron cuatro descerebrados que editaron lo que se considera el primer single punk británico, New rose (Stiff Records, 1976).

The Damned, por Ian Dickson, 1977
Sensible, Scrabies, Vanian y James, 
The Damned, por Ian Dickson

Al cuarteto inicial de The Damned, compuesto por Dave Vanian (David Lett) a la voz, Captain Sensible (Raymond Burns) en el bajo, Rat Scabies (Chris Millar) en las baquetas, y Brian James (Brian Robertson) en la guitarra, se le atribuye la publicación del primer single punk, New rose el 22 de octubre de 1976, y el lanzamiento el 18 de febrero de 1977 de su primer álbum Damned, Damned, Damned (Stiff Records, 1977). Antes, por tanto, de los mucho más sonados Never Mind the Bollocks, Here's the Sex Pistols (28 de octubre de 1977, Virgin) y el homónimo de The Clash, The Clash (8 de abril de 1977, CBS). Pero como cita Carlos Pérez de Ziriza en Mondo Sonoro, “la banda que formaron el cantante y guitarrista Captain Sensible y el batería Rat Scabies (quienes se habían conocido en 1974) formulaba más una aleación continuista respecto al ácido sulfúrico de The Stooges (e incluso con la jarana pub rock de Dr. Feelgood) que una estruendosa ruptura en la reciente línea discursiva del rock. Esta idea de continuidad fue reforzada cuando el componente teatral de Alice Cooper o The New York Dolls comenzó a ser subrayado con la incorporación del vocalista Dave Vanian, quien junto al guitarrista Brian James redondeó la primera formación de la banda, el cuarteto que daría pie al visceral y efervescente “Damned Damned Damned” (1976). La producción de Nick Lowe (por algo militaban en Stiff Records) remarca que, pese a la contagiosa ebullición que emana de sus surcos, The Damned están más cerca de la reforma que de la ruptura.”

(Foto Peter Kodick)
Primer álbum de The Damned
(Foto Peter Kodick)

Su primera actuación fue junto a los Sex Pistols en el 100 Club de Londres, e inmediatamente llamaron la atención del personal. Un batería puesto hasta las cejas para el que no eran necesarias demasiadas excusas para enzarzarse a golpes con el público; un bajista gamberro y excesivo vestido de enfermera; un guitarrista que maltrataba su guitarra como si pretendiese descuartizarla; y un colocado con pintas de crooner vampiresco en la voz. Esta puesta en escena, junto con su actitud incendiaria y un buen puñado de canciones, les vale su primer contrato discográfico con el sello Stiff Records, que les ficha para la grabación de un sencillo. New rose es todo un chute de nervio, autenticidad, ruido y velocidad, cuyas cualidades siguen hoy vigentes. El éxito que supone el siete pulgadas les sirve para un billete de gira norteamericana y grabar su primer disco, Damned, Damned, Damned (Stiff Records, 1977), el cual además del single New rose, ofrece cuchilladas inmortales como Neat neat neat, See her tonite, Fish o una gamberra versión de los Stooges, I Feel alright

Captain Sensible y Dave Vanian, por Gus Stewart

Pero tras semejante y prometedor comienzo, a punto están de lanzarlo todo por la borda con su siguiente Music for pleasure (Stiff, 1977). Inicialmente quisieron contar con Syd Barrett a los mandos para darle a la cosa un toque más psicodélico, pero el bueno de Syd ya había comenzado a levar anclas de la realidad, con lo que se tienen que conformar con otro Pink Floyd, el batería Nick Mason, quien no consigue la química necesaria con un grupo al que las prisas por igualar el éxito de su debut les conduce a un fracaso en todos los niveles. El poco margen dado por la discográfica, las tormentas internas que acaban con la salida de Brian James del conjunto (principal compositor en su primer disco), y la poca calidad de los temas recogidos, les despacha de la discográfica, y casi de la historia. 

Sin el que había sido su principal compositor, los supervivientes del naufragio Captain Sensible, Rat Scabies y Dave Vanian, reclutaron temporalmente a su colega Lemmy Kilmister de Motörhead para que se hiciese cargo de las cuatro cuerdas, con Captain Sensible como guitarrista, mientras tanteaban las posibilidades de futuro. De esta guisa tocan unos cuantos bolos como The Doomed -para evitar problemas legales con el nombre- hasta que fichan a tiempo completo al bajista Algy Ward para grabar su siguiente LP. El volantazo y correspondiente huida hacia adelante les sale redondo, y no solo Captain Sensible se destapa como un fantástico guitarrista, sino que vuelven a la carretera con uno de los que para muchos es el mejor álbum de su catálogo Machine Gun Etiquette (Chiswick, 1979), donde las joyas se atropellan unas detrás de otras con nombres como Smash it up, Love song, Plan 9 Channel 7  o Melody Lee. Como curiosidad, Lemmy también participó en las demos del disco y en ediciones posteriores del mismo se incluiría la versión del grupo Sweet, Ballroom blitz, con el líder de Motörhead al bajo.
Portada del single Smash it up
(Fotografía de Allan Ballard)



Pero Machine Gun Etiquette mostraba una ambición compositiva al alza, que escondía un interés creciente por teclados y sintetizadores que acabaría por florecer sin tapujos en su siguiente y brillante The Black Album (Chiswick, 1980). Visto con la distancia, aquel doble LP fue el puente perfecto entre los guitarrazos de mecha corta de sus primeros años, y la fase new wave que les esperaba a la vuelta de la esquina. En él convivían cortes de aire canalla y rabioso como Wait for the blackout, Hit or miss o Sick of this and that, con otros que ilustraban la querencia por los sonidos etéreos y lúgubres que se podían degustar en The history of the world Pt.1 (producida por Hans Zimmer) o la teatral Curtain call (de ¡diecisiete minutos!). 

El animal había mudado de piel, y eso no gustó del todo a aquellos que habían abrazado Damned, Damned, Damned como el nuevo testamento del rock. Las inquietudes de The Damned iban más allá de los tres acordes y el escupitajo al aire, y cada lanzamiento discográfico era una prueba de ello. Fruto de esta frustración con sus seguidores, quisieron titular su siguiente LP como Strawberries for pigs (decían que tocar para determinado público era como lanzar fresas a los cerdos) aunque finalmente se llamaría simplemente Strawberries (Bronze, 1982), eso sí, ilustrado con una bonita foto de un puerco con una fresa encima. Su interior seguía albergando algún pepinazo a la vieja usanza como la incendiaria Ignite o I think I’m wonderful, aunque en él predominaban las melodías luminosas con guiño sesentero como Stranger on the town, Pleasure and the pain o Bad time for Bonzo, e incluso se atreverían a lucir alguna sorpresa como un sitar en Under the floor again

Pero pese a su buena recepción, tanto la grabación del disco como su posterior gira produjeron grietas en el seno de la banda. El bajista Paul Gray, que había entrado en The Black Album para sustituir a Algy Ward, dejó la banda por disputas con Rat Scrabbies (entrando en su lugar Bryn Merrick), y poco después Captain Sensible abandonaría el barco para lanzarse a una extraña carrera en solitario, siendo sustituido por Roman Jugg, quien ya había sido fichado para la gira de Strawberries como teclista. 

Así, con Captain Sensible fuera de la formación (y con él todo el músculo guitarrero), Dave Vanian daría un paso al frente no solo en la composición de los temas, extrayendo la sabia más gótica del sonido de la banda, sino también contagiando su estética vampírica al resto de componentes. La temática romántica inundó un más que digno Phantasmagoria (MCA, 1985), poblado de composiciones que entrarían en el catálogo del pop siniestro (más que rock gótico) como la genial Street of dreams, y mucho más cercanas a The Cure que a Stooges, pero cuya calidad no tuvo continuidad con su siguiente Anything (MCA, 1986), del cual lo más destacable fueron dos versiones: Eloise  de Barry Ryan, y Alone again or de Love.


Foto de Bob Carlos Clarke

Bryn Merrick, Dave Vanian, Roman Jugg y Rab Scrabies
por Bob Carlos Clarke

Tras la salida de pista, MCA trató de forzar un nuevo trabajo pero las cosas no funcionaron entre los miembros del grupo, con lo que todo se precipitó a una gira de despedida, con Captain Sensible y Brian James en el paquete, que quedaría recogida en el álbum Final Damnation (MCA, 1989).

A esto le siguió un periodo de recaídas y reuniones "interruptus", que parecieron ver la luz justo en el momento en el que a dos bandas en pleno auge de popularidad les dio por rescatar el gancho melódico de los Damned. Primero fueron los Guns n’ Roses con una versión del New rose en su Spaghetti Incident (Geffen, 1993), y más tarde The Offspring colando una versión de Smash it up en la banda sonora de Batman Forever (Atlantic, 1995). La repercusión de estos lanzamientos hizo moverse al gusanillo, pero todo acabó en una nueva salida en falso del combo y un disco del que nadie se quiso hacer responsable, Not of this earth (Toshiba, 1995) - también conocido como I'm Alright Jack & The Beanstalk-, y que pasa más por un proyecto de Rat Scabbies al que puso voz Dave Vanian, acompañado Kris Dollimore en las guitarras y Moose Harris en el bajo, que por un disco oficial de la banda. De hecho la propia página oficial de The Damned ha recordado durante años que este trabajo se lanzó sin la correspondiente autorización del grupo. Líos aparte, parece ser que por aquel entonces Vanian pasaba por dificultades económicas derivados de su divorcio, con lo que pese a que el material que le propuso Scrabies no le convencía, vio la posibilidad de lanzar el disco en el mercado japonés como un dinero bien avenido, pero no tanto como para incrustar el LP en el catálogo del grupo.

Dod Morrison
Captain Sensible, Monty Oxymoron, Dave Vanian, 
Pinch y Stu Wess. Fotografía por Dod Morrison

El nuevo siglo trajo nuevos cambios en la formación, como el ingreso al bajo de Patrica Morrison (ex Sister of Mercy, y con los años pareja de Dave Vanian), la vuelta de Captain Sensible, y los aciertos en los fichajes del batería Pinch, de los English Dogs, y Monty Oxymoron en los teclados. Con esta alineación iniciaron racha con un  muy notable Grave Disaster (Nitro, 2001), el más que recomendable Who’s Paranoid (The English Channel), para el que Patricia Morrison sería sustituida por Stu West, y el correcto Evil Spirtit (Spinefarm, 2018). Sin duda una trilogía de lo más disfrutable en la que, ya como perros viejos, afinan el  disparo con una mezcla bien equilibrada de garage, adrenalina, destellos de pop y telarañas, en los que habría que destacar la suculenta colección de dulces recogida en su disco de 2008 como Nothing, Little miss disaster o Perfect sunday.

Las últimas noticias que nos llegan de ellos, devuelven a Paul Gray al bajo para el lanzamiento de un EP de cuatro canciones titulado The Rockfield files (Spinefarm, 2020), en honor a los estudios que albergaron la grabación del Black Album del cual se cumplen en 2020 cuarenta añazos; y la reunión (otra vez) de la formación inicial, con Rat Scrabies, Brian James, Captain Sensible y Dave Vanian para una pequeña gira por Reino Unido en...¿2021?

Jill Furmanovsky
 Sensible, Vanian, Scrabies y James en 2020. Jill Furmanovsky

The Damned no editaron dos álbumes consecutivos siguiendo el mismo trazo, y solamente una vez lo hicieron con la misma formación. Pasaron de estar presentes en el parto de lo que más tarde se consideraría punk, a tontear con la psicodelia, empaparse de rock gótico o desempolvar el garage sesentero siempre que les vino en gana. Su compromiso, lejos de discursos políticos, o de cualquier índole, siempre fue pasárselo bien, desfasar, y dar rienda suelta a su libertad creativa, lo que en conjunto les convirtió en un “producto” difícil de vender por parte de las discográficas. 

Para apoyar su causa, mi perro ha preparado una lista con los mejores temas de "Los Malditos" para que desfoguéis sin miramientos. Hay para todos.

Sed buenos. 










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