Vamos con lo mejor del año que luego se nos junta con el que viene,
Primera parada, la edición guiri, para la que hemos preparado uno de esos combinados imposibles. De esos que mal mezclados pueden provocar el colapso irreversible, pero que en la mano adecuada puede conducir al éxtasis. Volvemos a la fórmula de los 10 mejores, por alusiones, pero en edición especial: Cinco discos y cinco temacos. ¡Al turrón!
QOSA por Andrea Newman |
Mutoid man. Mutants, (Sargent House, 2023). Una orgía riffera que vuelve a coronar como disco del año, y por segundo consecutivo, a una banda liderada por el guitarrista de Cave In, Stephen Brodsky. En este caso, el Stephen se persona en el podium junto con sus compañeros Ben Koller, de Converge, y la incorporación de Jeff Matz de High on Fire al bajo, para arrojarnos un plasticaco pletórico, armado de la destreza del metal progresivo, la inmediatez del sludge, la melodía por bandera, y un nivel de lucidez compositiva que continua en racha. Canciones tan inmensas como Call of the void, Graveyard Love, Frozen hearts, la locura de Siphon o esa pedazo de cierre que es Setting the sun, se remueven como demonios esperando a que des al play para robarte 38 minutos de tu vida. Si tratas de seguir las líneas de bajo y batería, desapareces. Madre mía de mi madre.
Queens of stone age. In Times New Roman (Matador Records, 2023). La trilogía que comenzó con aquel maravilloso Like a Clockwork... en 2013, que siguió el un poco menos maravilloso Villains en 2018, ahora se cierra con este fantástico In Times New Roman (Matador 2023) en el que Josh Homme cura sus heridas después de una etapa teñida de divorcios, diagnósticos de cáncer y la muerte de su compañero y amigo Mark Lanegan. Luciendo décimo aniversario de formación (el batería Jon Theodore fue el último en incorporarse en 2013), impecables y surrealistas giros instrumentales de aires retrofuturistas, y una de las mejores muestras vocales que se le recuerdan al (cada vez menos) pelirrojo, Homme y los suyos entregan uno de esos discos que se van disfrutando más y más con las escuchas. A ver quién niega el marco a cosas como Paper Machete, Made to Parade, Carnavoyeur o esa gran Straight Jacket Fitting.
Robert Finley. Black Bayou (Easy Eye Record, 2023). Su estilazo ya te coge de las solapas con ese comienzo de Livin out a suitcase y Sneakin Around. Negraco con estilo ¿Sí? Sí. La diferencia entre tenerlo y no tenerlo. Nuevamente bajo la dirección de su mentor Dan Auerbach (voz y guitarra de Black Keys), vuelven a formar una dupla que tiene el punto cogido. Eso, y una remesa de músicos capaces de sacar melodía y flow de una lata de sardinas, a los que se unen las vocalistas Christy Johnson y LaQuindrelyn McMahon (hija y nieta de Finley). Casi todo fue grabado rápidamente y en una sola toma. No esperemos nada fuera de sitio. Finley, a sus 70 tacos, lleva en esto apenas 8 años, y si algo funciona no va a ponerse a cambiarlo ahora. Continua por los surcos del soul cálido y blues curado para seguir adornando su corta pero excelsa discografía con perlas como Wasted time, Gospel blues, o Lucky day. Alabado.
The Rolling Stones. Hackney Diamonds (Geffen, 2023). Las satánicas gónadas de estos muchachos han tenido a bien sacarse todo un albumaco digno de ser, y parece que esta vez sí, el que ponga fin a sus álbumes de estudio. La fiesta de despedida ha reunido personajes de renombre como Elton John a las teclas de dos temas; las pistas grabadas del desaparecido Charlie Watts en Mess it up y Live by the sword, ésta última con el bajo de Bill Wyman; Paul McCartney coreado en una rebelde Bite my head off; el petardeo de Lady Gaga en una pomposísima Sweet sound of heaven junto al teclado de Stevie Wonder; o el guiñazo de incluir como último tema una versión del tema que les dio nombre, Rolling Stone Blues de Muddy Waters. Discazo muy por encima de las expectativas que guarda delicias como esas Get close o Depending of you, ambas coescritas con el productor Andrew Watt (quien va por la segunda o tercera reanimación del año, tras producir a Ozzy, Iggy, y andar en trámites del nuevo de Pearl Jam), cortes más que disfrutables como Angry, Bite my head off, o Whole Wide Word (que podrían haber firmado Smashing Pumpkins), el blues sabor añejo de Dreamy skies, o la fantástica Driving me to hard, que recuerda a lo mejor de sus greatest hits. Lo más flojo, lo innecesario del tema con Lady Gaga, y la aportación del bueno de Keith...pero es que sin ella, esto no sería lo mismo. Fenomenales.
The Ocean. Holocen (Pelagic Records, 2023). Debilidades que tiene uno. El colectivo The Ocean, nos llama a embarcarnos en su particular y siempre fascinante viaje por las distintas etapas de gestación de la Tierra, para visitar esta vez el el Holoceno (esa que coincidió con el fin de la última glaciación, y la correspondiente subida del nivel del mar). Si bien menos impactantes que en su anterior entrega, siguen dominando el arte de aprovechar remansos y cascadas de intensidad para dotar de escenario a su discurso. La vena progresiva junto a un omnipresente manto electrónico va inundando el sonido de un disco al que le cuesta tomar velocidad crucero pero, ojo, porque esa velocidad se alcanza inebitablemente con la llegada de Atlantic, y esa cima de genialidad llamada Unconformities, que cuenta con la aportación de la cantante Karin Park, y que supone el momento exacto en el que la cosa ya no tiene vuelta atrás. Qué buenos son.
Hay más,
DeWolff. Love, Death & In Between (Mascot Records, 2023). Ese comienzo a lo James Brown de los holandeses, parece avisar que lo de la gama cromática no tiene porqué desteñir el ímpetu soulero presente en temarracos como Rosita, Wontcha Wontcha, Jacky go to sleep, Mr Garbage, o la balada llamada al apiñamiento de Pure Love. Largo...sí, un poquito. Pero, leñe, que nos quejamos de todo. Se nota que han tirado la casa por la ventana.
The Hives. The Death Of Randy Fitzsimmons (Hives Records, 2023). Energía sueca sin adulterar. The Hives vuelven dinamitados bajo el embrujo de su colega Randy Fitzsimmons, o ese alter ego creador de sus composiciones, a cuya "defunción" dedican este nuevo trabajo. Pildorazos de un minuto como Trapdoor Solution, jitazos llamados a prender los garitos que merezcan andar en llamas como Bogus Operandi, The Bomb, Step out of the way o temas con calor de pista de baile que ya suenan a clásicos como What did I ever do to you? Han hecho la tarea.
Foo Fighters. But Here We Are (Roswell Records). Tras la repentina muerte del batería Taylor Hawkins en plena gira por Colombia en 2022, la banda de Dave Grohl vuelve al trabajo con un discazo bajo el brazo que parece querer reunir fuerzas para volver al camino. El resultado no podía ser mejor, dadas las circunstancias, porque puede que sea su álbum más redondo desde el Wasting Light de 2011. ¿Temas? la mayoría, pero desde ese fantástico comienzo con Rescued, el cameo de la hija de Grohl en Show me how, o ese temazo que es The Teacher...todos.
The Darts. Snake oil (Alternative Tentacles Records, 2023). Una de las joyas de la corona de la discográfica de Jello Biafra, quienes para este año sacaron se han lucido con un divertido paquete de garage, punk y rock and roll, del que florece esta maravilla de la que hemos estado enganchados medio año. Mucha miga para estar atentos a ellas.
Dwaves. The Dwarves Concept Album (Greedy, 2023). Un disco de veinte temas de los que más bien pocos pasan de dos minutos, lleno de momentos más que divertidos, que ofrecen un generoso repaso a todos los subgéneros del punk, y lo que es más importante ...repletito de estribillos pegadizos. ¡Qué más querés!
Más,
El séptimo ataque nórdico de los Spidergawd (VII, Crispin Glover) que continuan abusando de la marmita de pepinazos con los que llevan nutriendo su discografía desde hace...siete discos; La elegancia continuada de los suecos Graveyard, y temacos como Breathe in breathe out, en su (seguimos con los números) 6 (Nuclear Blast); La finura humeante de Jim Jones y sus All Stars, en Ain't No Peril (Ako Lite, 2023); el metal (death metalero) a trote de caballo con Blackbraid en Blackbraid II (Blackbaird); o siguiendo la costa siderúrgica el proyecto unipersonal de Hellripper en Warlocks Grim & Withered Hags (Peaceville); La dulzura etérea de las argentinas Fin del mundo en Todo va a cambiar (Spinda Records); o esa maravilla que conjunta a Julien Baker, Phoebe Bridgers y Lucy Dacus, en Boygenius en The record (Interscope) y que incluye brillantes como este.
Yo creo que ha quedado apañado. Pero consultas, ruegos y preguntas en la lista de lo mejor del año internacional, o el cancionero anual de 2023.
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