El pasado 18 de noviembre, la muerte de Malcom Young sacudía el sistema eléctrico del R&rR llevándose consigo no solo al que fuera guitarra rítmica de AC/DC durante casi cuarenta años, sino también a uno de los guitarristas más influyentes de las últimas décadas. A los 64 años se marchaba en silencio, arrastrado por una demencia senil que ya le había apartado en 2014 de la banda que formó, allá por 1973 junto con su hermano Angus, justo antes de la grabación del último disco de estudio hasta la fecha de AC/DC, Rock or Bust (Columbia, 2014).
Por todo esto, hemos pensado en rendir homenaje a la figura de Mr. Malcolm Young rescatando uno de los discos más delicados, enérgicos y fundamentales, no solo de la discografía de los australianos, si no del rock & roll en general.
Publicado en mayo de 1978, Powerage (Atlantic, 1978) es el quinto álbum de estudio de los australianos AC/DC. Su posición cronológica lo sitúa entre dos de los indiscutibles pilares de su trayectoria como son: Let there be rock (Atlantic, 1977) y Highway to hell (Atlantic, 1979), lo que le permitió crecer en un ambiente de semilibertad, que a la larga le acabó otorgando un cierto "anonimato" para las grandes masas de incalculable valor para los amantes del sonido más puro de la banda.
Fue la primera grabación que contó en el estudio con Cliff Williams en el bajo, quien por cierto también ha anunciado su retirada de la banda este mismo año, y la última producida por el combo Harry Vanda y George Young. Curiosamente, el hermano mayor de Angus y Malcolm retomaría las labores de producción con el grupo en uno de los trabajos más notables de la era Brian Johnson: Stiff upper lip (Atlantic, 2000).
Como curiosidad para coleccionistas, decir que fue el primer trabajo en el que la banda se planteó la misma edición tanto en el mercado australiano como internacional, con la excepción de que en los vinilos europeos se incluía la fantástica Cold hearted man que, por cierto e incomprensiblemente, no aparece en la versión CD.
El resultado es una exquisita colección de gemas donde la banda sacó a relucir su sonido mucho más bluesy, con pildorazos como Down payment blues, What's next to the moon o la majestuosa Gone shootin', mientras repartía toda una eucaristía de rock n roll con trallazos como Rock n' roll damnation (que según parece quedó fuera de las primeras ediciones europeas sabe Dios porqué), las trepidantes Riff raff, Gimme a bullet, Kicked in the teeth (¡que final!) o la joya de la corona Up to my neck in you.
A estas alturas, uno ya se cansó de esperar cambios en esos repertorios anquilosados que luce desde hace demasiado tiempo la banda de Angus pero, aprovechando que en 2018 Powerage cumple cuarenta años entre nosotros, no estaría de más desempolvar estas maravillas sobre el escenario. Es una idea. De todas formas, tras la pérdida de Malcolm Young, la complicada situación del batería Phil Rudd, la sustitución temporal (o definitiva) del vocalista Brian Johnson y la despedida de Cliff Williams, sólo cabe esperar que el cielo no caiga sobre nuestras cabezas.
Va por el Malcolm.
Por todo esto, hemos pensado en rendir homenaje a la figura de Mr. Malcolm Young rescatando uno de los discos más delicados, enérgicos y fundamentales, no solo de la discografía de los australianos, si no del rock & roll en general.
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| George Young y Phil Rudd. Fotografía de Jon O'Rourke |
Fue la primera grabación que contó en el estudio con Cliff Williams en el bajo, quien por cierto también ha anunciado su retirada de la banda este mismo año, y la última producida por el combo Harry Vanda y George Young. Curiosamente, el hermano mayor de Angus y Malcolm retomaría las labores de producción con el grupo en uno de los trabajos más notables de la era Brian Johnson: Stiff upper lip (Atlantic, 2000).
Como curiosidad para coleccionistas, decir que fue el primer trabajo en el que la banda se planteó la misma edición tanto en el mercado australiano como internacional, con la excepción de que en los vinilos europeos se incluía la fantástica Cold hearted man que, por cierto e incomprensiblemente, no aparece en la versión CD.
El resultado es una exquisita colección de gemas donde la banda sacó a relucir su sonido mucho más bluesy, con pildorazos como Down payment blues, What's next to the moon o la majestuosa Gone shootin', mientras repartía toda una eucaristía de rock n roll con trallazos como Rock n' roll damnation (que según parece quedó fuera de las primeras ediciones europeas sabe Dios porqué), las trepidantes Riff raff, Gimme a bullet, Kicked in the teeth (¡que final!) o la joya de la corona Up to my neck in you.
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Fotografía de Jim Houghton
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| Powerage Tour, Hammersmith Odeon. Fotografía de Ross Halfin |
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