“La originalidad no tiene precio, en cambio la autenticidad es inexistente. No deberíamos molestarnos en ocultar nuestro robo, deberíamos celebrarlo. Como dijo Jean Luc Godard: No es de donde tomamos las cosas, es adónde las llevamos” Jim Jarmush. Movie Maker Magazine, n 54
Crear una obra musical de la nada, requiere utilizar retales a partir de vivencias y talento, en una proporción que no siempre es fácil controlar. En la música, la ley española no marca una línea que discrimine un plagio y un parecido, y simplemente se limita a dejarlo en manos de lo sustancial que suponga para la canción dicha referencia. Así, muchas veces la disputa entre un robo y una inspiración es tan sutil que puede que simplemente se trate de quién llega antes a una melodía, o a haber escuchado lo mismo tantas veces que se acabe por no diferenciar hasta qué punto algo es verdaderamente propio.
También puede ser como dice Manuel de Lorenzo en Jotdown, que a estas alturas ya no quede mucho por inventar y estemos recorriendo una y otra vez el mismo camino. Al final, es una cuestión de ritmo, melodía y armonía, lo que sumado al hecho de acumular, ya, decenas de años de música popular, eleva la probabilidad de encuentros fortuitos. Por este motivo, en el reto de hoy, buscaremos colisiones en las que el azar, o el vicio, han provocado...¡Parecidos (musicales) razonables!
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Marvin Gaye por Jim Britt |