¡Que la máquina no pare! Aquí vamos con alguna recomendación musical para la primavera.
Disfrutad.
Taylor Hawkins por Carole Epinette |
Chain Cult. Procedentes de Atenas, estos jovenzuelos se suman a ese "extraño" movimiento de reactivación internacional que está devolviendo el post punk a nuestras vidas. Muy influenciados por bandas ochenteras griegas como Χωρίς Περιδέραιο o Metro Decay, o los más conocidos internacionalmente Wipers, el cuarteto se arma de potentes líneas de bajo y melodías del lado oscuro, para armar un post-punk enérgico que podéis degustar en su hasta ahora único larga duración Shallow Grave editado por el sello independiente inglés, La vida es un mus.
Dream Widow. Dave Grohl había montado esta banda ficticia de metal (en la que él mismo actúa de multi-instrumentista y se hace cargo de las voces, con la ayuda del guitarrista Jim Rota y el teclista de los Foo Rami Jaffee) a modo de divertimento, para acompañar el estreno en la gran pantalla de una película de terror Studio 666 protagonizada por su banda Foo Fighters. Y la verdad es que el disco consigue ser una digna continuación de aquel Probot (Southern Lord, 2004), en el que Grohl se hacía acompañar de grandes cantantes de la escena metalera, con momentazos como ese March of the insane, Angel With Severed Wings o Lacrimus dei ebrius. Lamentablemente, el dichoso destino quiso que el día del lanzamiento de este EP coincidiese con la repentina muerte del batería de los Foo Fighters Taylor Hawkins, antes de un concierto de la banda en Colombia. Una pena.
The Hellacopters. Tras dilatar seis años lo que en un principio se presentó como una gira de reunión, la mítica banda liderada por Nicke Andersson se decide por fin a lavar la cara a su repertorio después de catorce añazos tras su primera (y hasta el momento única) salida de escena, editando su octavo disco de estudio. La formación se mantiene intacta a excepción del ingreso del bajista de los Imperial State Electric, Dolf DeBorst, y aunque dentro de este Eye of Oblivion (Nuclear Blast, 2022) no hayan colado nada que venga a superar su ya deslumbrante ramillete de pildorazos, la cosa mantiene la llama. Que no es poco.
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