viernes, 23 de diciembre de 2016

Lo que mi perro ha escuchado este mes (XVI)

Aquí van algunos consejillos sobre guitarras distorsionadas, metal y siderurgia patrocinados por gente como Metallica, Meshuggah, Anciients o Indian Handcrafts, antes de meternos de lleno en lo mejor del año que luego llegan los turrones y queréis cosas ligeritas ¡Tragad!

Herring & Herring
© Herring & Herring

Meshuggah. The violent sleep of reason
Los suecos siguen empeñados en encontrar el núcleo más profundo del metal a base de maquinaria pesada y una alquimia sonora que hasta ahora les ha servido para capitanear las más altas esferas de la música extrema. Su último álbum, cuyo título está inspirado en la obra de Goya "El sueño de la razón produce monstruos", ahonda en la idea de la sinrazón como motor de una sociedad cada vez más cínica e indiferente. Después de haber adquirido velocidad crucero con dos fantásticos trabajos como fueron Obzen (Nuclear Blast, 2008) y Koloss (Nuclear Blast, 2012), las ganas de volver a sumergirnos en esa tormenta de polirritmia hipnótica y machacona que caracteriza su particular estilo, no eran precisamente pocas. Pero aunque el nivel técnico vuelve a ser un reclamo más que suculento a la hora de hincar el diente a semejante artefacto, esta vez el tiempo de masticación no parece hacer mejorar su digestión. Hay temas que vuelven a golpear nuestra masa cerebral hasta dispararnos a una dimensión paralela como Clockworks o Monstercity, pero en general hay una sensación de que al álbum le hace falta respirar por algún sitio. Aún y todo, temas como este Clockworks y saber que el disco lo han grabado en directo, hacen que sigamos creyendo en que hay algo más allá. Madre mía de mi madre.


Metallica. Hardwired...to self destruct
El momento interplanetario más importante de los últimos ocho años ha ocurrido al fin: Mctallica están de vuelta. Nadie apostaba porque los de San Francisco dieran una vuelta de tuerca buscando los sonidos que quedaron sepultados entre los escombros que supuso un disco como ReLoad (Sony Records, 1997) pero...Hardwired, to self destruct (Blackened Recordings, 2016) llega como un cruce bastardo entre aquel disco de 1997 y su último Death Magnetic (Warner Bros Records, 2008). En comparación con su antecesor es un trabajo más compacto, con temas que parecen funcionar mejor en conjunto que por separado, pero también con muy pocos, por no decir ninguno, que parezca que vaya a sobrevivir el paso del tiempo. Quizá el hecho de que se trate de un disco doble no ayuda, pero lo cierto es que la inspiración de los cuatro jinetes del apocalipsis ha sorprendido por su ausencia, aunque no estamos ante su peor versión. El sonido ha mejorado respecto sus últimos trabajos y aunque se hayan instalado en una evidente zona de confort, si nadie se impone excesivas expectativas es un álbum más que disfrutable. En definitiva, contentará a sus seguidores más optimistas y quizá defraude a los que vieron en el disco de 2008 algún destello de recuperación, pero será suficiente para ser nombrada banda del año, Lars Ulrich mejor batería del metal progresivo y Kirk Hammett rizos perfectos. Como curiosidad, deciros que hay disponible un vídeo para cada uno de los temas que componen el disco, lo cual es todo un detalle, y que la edición de lujo cuenta con un tributo a Dio muy pero que muy recomendable.


Anciients. Voice of the void.
Aunque el juego de voces gutural/melancólico y el cortinaje progresivo que luce esta formación pueda recordar por momentos a bandas del estilo de Between buried and me, el discurso de estos canadienses tira por derroteros mucho más...rockeros. De esos que el final del ejercicio les sale más por unos Orange Goblin que por los ataques virtuosistas de las nuevas bandas de metal progresivo. Para bien o para mal, el techo técnico de Anciients es mucho más "accesible" para todos los públicos con lo que, por una parte, nadie será perseguido por un ejército de notas encabritadas necesitadas de procesamiento posterior pero, también es posible que haya quien eche en falta algo más de sustancia para nutrir el alto minutaje de la mayoría de los cortes del disco. Entrando en comparaciones odiosas y ahora que las autoridades han dado prácticamente por desaparecidos a los mejores Opeth, personalmente creo que les vendría de perlas esos ambientes oscuros y fantasmagóricos con los que los suecos teñían sus grabaciones consiguiendo aquellos contrastes sonoros que hacían maxificar el disfrute de sus momento álgidos pero, aún y todo, este Voice of the Void (Season of Mist, 2016) es un serio aspirante a la banda al mejor disco de progresivo del año.



Indian Handcrafts. Creeps
Hay veces, pocas, en las que deambular por los cybercaminos de las plataformas musicales tiene su recompensa. Continuando el rastro que dejaba tras de sí un discazo como fue el debut homónimo de American Sharks (The End Records, 2013), nos topábamos con este power duo canadiense de stoner rock/sludge metal y tontamente, con uno de los descubrimiento musicales del año. Creeps (Sargent Records, 2015) es su tercer trabajo, y viene a iluminar un estilo que puede llegar a ser poco agradecido si a la aridez de su sonido le unimos la falta de ideas de la mayoría de las formaciones que se lanzan por estos senderos. Pero si a la mezcla le ponemos un poco de Melvins, un poco de High on fire, un poco de Black Sabbath o un poco de los Red Fang, entre otros... pues la cosa suena a detonación en cadena ¡y todo ello en formato dúo! Hasta se lanzan por los sonidos ochenteros revisitando The Trooper de Iron Maiden con The Divider. Abróchense los cinturones porque esto resucita hasta a un hipster. Espectaculares.

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