No se me alboroten...
Escuchar en spotify los mejores discos nacionales de 2015 o las canciones de mi perro 2015
Porque ya mismito volvemos como si nunca nos hubiéramos ido con una fascinante y chispeante selección de ibérico con lo mejor que ha dado la escena nacional en 2015. Blues, thrash, metal, stoner... Disfruten, escuchen, descarguen pero sobre todo CONSUMAN (paguen por) MÚSICA, porque esta gente no vive del aire. Salud.
Foto de Juan Jesús García |
Quaoar. Dreamers Dreaming. La cantidad de referencias que acumula el tercer trabajo de Quaoar lo convierten en todo un paseo por las entrañas del sonido de la banda. Desde el grunge de Soundgarden, el stoner de Orange Goblin, el progresivo de Opeth o el rock clásico de Led Zeppelin, los bilbaínos alardean de una envidiable soltura instrumental para recorrer los caminos entrecruzados de sus influencias acompañados por la gran voz Iñigo L. Agudo, quien lo mismo se luce por registros metaleros a lo Peavy Wagner de Rage, que por los de Chris Cornell o Mikael Akerfeldt de Opeth. Que esta gente se haya tenido que autoeditar semejante disco debería de estar sonrojando a más de uno. Vaya banda. Dicho queda. (bandcamp)
Guadalupe Plata. 2015. El blues pantanoso y pegadizo del trío de Úbeda está de vuelta. Como ya lo hicieran en sus anteriores trabajos, siguen explotando el espacio donde el jondo y el blues del missisipi se funden en sonidos que evocan los periodos más primitivos de ambos géneros. Sonidos inquietantes y una dósis extra de rock n roll para que la nueva entrega chamánica, donde la guitarra desvocada de Pedro de Dios y el hipnótico serpenteo que logran Carlos Jimena a la batería y Paco Luis Martos al bajo y contrabalde, conjure los demonios que llevamos con nosotros.
Hamlet. La Ira. Muchos encontrarán similitudes con bandas como Lamb of God o Soulfly, olvidándose por un instante de que este es el undécimo trabajo de los madrileños. Más de veinte años en la primera línea de fuego y aún con ganas de sacar uno de los mejores discos de su carrera. La frescura de la grabación en analógico bajo la producción de Carlos Santos, junto con la contundencia en el sonido obtenido en la mezcla de Kurt Ballou, hacen que nuevamente Hamlet renazca de unas cenizas que a base de los años han acabado por considerar su medio natural. Expulsad vuestros demonios y dejad que comience el ritual. Como suena el artefacto señores.
Angelus Apatrida. Hidden Evolution. Eso de que en cada álbum de los albaceteños se hable de nuevas promesas del metal europeo empieza a sonar cansino. Cierto es que desde que fichasen por Century Media en 2011 lo suyo ha sido un crecer para no mirar atrás, pero lo de este Hidden Evolution comienza a ser muy serio. Temas como Inmortal o Speed of light (con solo por cierto de Christopher Amott, ex de Arch Enemy) siguen exponiendo al personal a una tormenta de riffs vertiginosos marca de la casa, pero para este trabajo la banda además ha dado rienda suelta a otras composiciones algo más complejas, adentrándose en pasajes donde la melodía gana terreno a la agresividad. Clase, que lo llaman algunos. Ay que se nos han hecho grandes.
Bala. Human Flesh. Tralla sin contemplaciones concentrada en siete balazos que no superan los tres minutos (a excepción del tema que abre el disco, Tripas Chained, que es doble). De la mano del sello Matapadre, el joven dúo gallego formado por Anxela Baltar a la guitarra y voz, y Violeta Mosquera a la batería, remueven las bases del stoner rock y del grunge para dar rienda suelta a su pasión por el ruido. Un ruido salvaje, adictivo, rebosante de impertinencia y talento, que se ha convertido en una de las sorpresas más agradables de la temporada. A ver cuando relanzan la edición en vinilo porque la portada Leo Sousa lo merece. Gallegos al poder. (bandcamp)
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