jueves, 4 de agosto de 2011

Transatlantic - The Whirlwind (2009)


The Whirlwind es el último album de estudio de Transatlantic, el “Supergrupo” formado por Neil Morse (ex Spock’s Beard), Mike Portnoy (ex Dream Theater), Roine Stolt (The Flower kings, The Tangent) y Pete Trewavas (Marillion).

He de decir que Transatlantic no había llegado a cumplir las expectativas dentro de mi particular colección de sagrados sonidos que desde hace años me afano en conseguir para la siguiente vida. Quizá en su día me acerqué a ellos de forma equivocada buscando sustitutivos cuando el mono de la dreamtheateína me invadía, pero el caso es que cuando llegué a la tienda del mítico Pinzolas buscando algo como aquellos hipnóticos riffs de Rudess, Petrucci & co, no sé si llegué a escuchar las recomendaciones de uso o me cegaba el hecho de tener en mis manos una pieza más de la familia del Teatro de los Sueños. El disco que compré aquella mañana era el Live in Europe y el caso es que lo escuché ansioso, esperando el momento en que todo aquello explotara y volviera a sentir esa sensación de vértigo y velocidad que buscaba…pero aquello no me colocaba. La voz de Neil Morse me parecía, y me sigue pareciendo en ciertos pasajes, sin personalidad, Mike parecía tocar en pijama y todo tenía un aroma demasiado a reunión de amigos, sin que de aquello nadie pretendiera que saliera nada serio. Y así es cómo han pasado los años hasta que tras la tormenta generada por el abandono de Portnoy de DT, mis miedos de no volver a disfrutar de la sustancia sonora más adictiva que he consumido nunca me hacía rebuscar en el armario algo que placara mi ansiedad. Y curiosamente lo que me invitó a volver a escuchar Transatlantic fueron las tomas de batería para el disco que me ocupa, The Whirlwind, y las declaraciones de Mike Portnoy donde afirmaba que quería dedicar más tiempo a Transatlantic, con lo que todo esto me hacía pensar que esta vez la cosa iba más en serio.
Y efectivamente estamos ante un disco soberbio y para mi gusto muy por encima de todo lo que ha hecho la banda hasta ahora. Si te logras separar de la cara más heavy de Dream Theater y desentrañas el sonido de estos hasta sus texturas más pinkflodyanas propias de un progresivo más de la vieja escuela de los 70 encuentras, salvando las distancias, bastantes similitudes con este disco. Incluso se agradece el que no exista esa necesidad categórica de crear un solo donde quizás no lo debía haber, reinando la consistencia de la composición y no las aportaciones individuales de cada componente.
La primera parte del disco, hasta Evermore, la consumes sin esfuerzo disfrutando de un inmenso Portnoy, con temas originales y muy bien facturados. Los tres primeros cortes, quizá lo mejor del album, recuerdan al sonido del segundo disco del Six Degrees of Inner Turbulence. La variedad del disco se enriquece con temas más oscuros como el a Man can Feel, y preciosos sólos gilmourianos como en Rose Colored Glassed de manos del gran Roine Stolt. La segunda parte de The Whirlwind pesa un poco más pese a existir uno de las mejores fragmentos progresivos del disco en Is it really happening? o el gran final con el reprise de Whirlwind. En este segundo tramo del disco es donde aparecen composiciones más cansinas como Set me us free, Lay down your life o la interminable Dancing with eternal glory, que hace florecer mi antipatía por la voz y las composiciones de Neal Morse.
Si os quedáis con ganas os podéis hacer con la edición especial con un segundo cd de ocho temas más,  compuesto por cuatro cortes propios y cuatro versiones. De los temas escritos por Transatlantic son agradables Spinning y Lenny Johnson, mientras que de las versiones me quedo con la de Soul Sacrifice de Santana.
En resumidas cuentas: pedazo de disco, con la pega de ser un poco largo, con un peligro potencial de escuchar a Neil Morse más de lo debido (pero para eso lo he hecho yo por vosotros), pero que ofrece a un Mike Portnoy sublime y ayuda a ver más allá de las actuales inciertas aguas de los DT. El trabajo de Stolt y Trewavas es impecable, y aunque siempre habrá alguien que eche de menos una guitarra más virtuosa o más afilada, o a un mejor teclista, el disco merece la pena, y mucho. Disfruten.





2 comentarios:

  1. Me has leido el pensamiento, estoy escuchando algunos discos nuevos de progresivo y pensaba escuchar este con detenimiento. De momento he escuchado las cuatro primeras varias veces y están de puta madre.

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