jueves, 15 de mayo de 2014

Haken - The Mountain (2013)

Hoy volvemos a la redacción de este vuestro blog con una de esas joyas que escaparon de nuestra lista de mejores discos del pasado año, y no precisamente por falta de méritos.


Aprovechando su visita a Madrid de hace unas semanas, nos adentramos en una de las bandas que lideran el nuevo resurgir del rock/metal progresivo junto con nombres como los noruegos Leprous o nuestro querido Steven Wilson.




El género del progresivo es para muchos un terreno pantanoso, lastrado por el estigma de no superar su estado de gracia de los años 70, pero al que a la vez se le exige su adaptación a las nuevas fórmulas sonoras que le permita sobrevivir al paso de los años. En el caso del metal progresivo, bandas como Dream Theater o Symphony X no sólo abrieron una senda donde confluían de forma muy atractiva la libertad creativa de la vieja escuela con elementos de virtuosismo y velocidad más propios del metal, sino que directamente podemos decir que consiguieron emanciparse como un estilo independiente. A partir de este estilo y una mirada más detenida a gente como Gentle Giant o Caravan, formaciones como la banda que nos ocupa, están ofreciendo una interesante visión del panorama progresivo.

Haken es una banda inglesa formada por, Diego Tejeida en los teclados, Ross Jennings a la voz, Charlie Griffith guitarra, Richard Henshall en guitarras y teclado, Raymond Hearne a la batería, y Conner Green al bajo, que en 2013 presentaron su tercer trabajo llamado The Mountain, en el que la banda dosifica la presencia del metal alejándose del sonido Dream Theater que abundaba en su anterior y recomendado Visions.

El álbum se basa en una acertadísima distribución de temas que soportan la estructura del disco con entretenidos pasajes de virtuosismo, metal, toques jazz y ambientes preciosistas que permiten consumir la obra sin pestañear. The Mountain comienza con la agradable The Path, a la que sigue el primer tema de peso, Atlas Stone, y el corte más enrevesado del álbum,  Coakcroach King, antesala de la parte central del disco que hace de pilar maestro de todo el conjunto. Así, In Memoriam y Because its There, transforman la dirección del disco rebajando la carga progresiva a la vez que introducen la fantástica Falling Back To Earth donde este álbum alcanza su mejor nota, para dar paso a la parte final con otro acertado trío de temas formado por As Death Embraces, Pareidolia y Somebody.

Por supuesto, como casi todo álbum del género, implica una atención especial e incluso es posible que no des con la clave en un primer intento pero... ay amigo, en la paciencia está la recompensa. Y con esto no digo que sea un álbum especialmente complejo, si eres amante de este tipo de música encontrarás el momento para disfrutarlo, y si no lo eres es una buena oportunidad para hincarle el diente.

En resumen, un disco donde tanto la distribución de las canciones como su ejecución lo hacen irresistible a cualquier amante del género, o paladar que tenga paciencia y gusto por valorar la calidad que reúne.

No digo más.

Escuchar en Grooveshark o en Spotify



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