# 48 - Los mejores discos nacionales editados en 2016 (I)

Editar entradas en febrero sobre lo mejor del año es como tomarte la última con la verja del bar echada. ¿Oléis la libertad?

¡Primera!

© Iñaki Billelabeitia

Belako - Hamen (Mushroom Pillow). Delicados, rabiosos, atmosféricos, electrónicos, rockeros... Los vizcaínos moldean nuevas caras de su polifacético sonido contradiciendo a todos los que, tras su anterior Eurie (Gaua Records, 2013), nos apresurábamos en buscarles un hogar en el sonido del post punk ochentero. El comienzo de bajo dominante en Fire Alarm, el final atronador de Guk Emanez o la brutal Off your Shoes, son la carta de presentación de este Hamen ("Aquí" en euskera), donde conviven los sintetizadores de Key, el sonido pop de los primeros ochenta de Nomad o la fantástica Track Sei. Personalmente tengo la sensación de que la brecha que abren los cortes de Something to Adore y Mum, adentrándose en terrenos mucho más hipnóticos, cuelgan la etiqueta de penúltima a Hegodun Baleak, convirtiendo los tres últimos cortes en una especie de Bonus tracks donde la banda desata su lado más discotequero, con versión de Sinnerman de Nina Simone incluida, pero esto son voladuras mentales de cada uno. Lo que hay aquí, es creatividad y potencia a granel. (spotify)

The Soulbreaker Company - La Lucha (Alone Records). Enriqueciendo la dirección tomada en su anterior Graceless (Alone Records), los vitorianos muestran su conexión natural con bandas como los canadienses Black Mountain, dejando definitivamente de lado el efectismo purpleriano que abanderaba sus comienzos. Como si de un interludio con su último trabajo se tratase, Through the light se abre paso entre la melancolía y oscuridad que planteaba aquel disco, para mostrar una colección de cortes donde la ambientación de los teclados de Javier Arteaga juega un papel absolutamente capital. De sus dedos nace la psicodelia de Black Woll Yarn o Fire Inside (¡que coros!), que se entremezcla con las ráfagas sureñas de Red, Yellow, Green, los destellos de The Who en el tema de La lucha, las preciosas They call this life y Too late or too soon o temazos como For those who died in vain. Impresionantes. (spotify  bandcamp)

Dejadeath - Satan Is Losing Momentum (Spleen and Clerch productions) Cuando todavía sigue resonando en mi cabeza la onda expansiva que supuso el descubrimiento de aquel ¡¡Viva Dios!! (Spleen and Clerch productions, 2013), los barceloneses vuelven con una nueva oda a la destrucción apocalíptica, donde los jinetes del death, doom, thrash y metal industrial arrasan con toda forma de optimismo social. Satan is losing momentum continua empapado del death de bandas como Hipocrisy o At the Gates, pero esta vez desenmascarando la figura del gran Devin Townsend como nuevo instigador de su sonido en temas como Counterlife, Barcelona e incluso recordando en algunos momentos a los queridos Strapping Young Ladd.  ¡¡Viva el mal!! (spotify, bandcamp)

Pájaro - He matado al Ángel (Happy Place). Un disco donde, según las propias palabras del autor “el blues se cruza con el tropicalismo, el swing, el surf y la tarantela de navajazo y lupanar”. Ahí queda. Andrés Herrera, Pájaro, edita uno de esos discos que enriquecen las listas y las mentes adormecidas de los que no entienden de la santa filosofía de la mezcla indiscriminada de estilos. Imposible no caer rendido ante la elegancia mediterránea que despliega el sevillano en temas como Sagrario y Sacramento o Sudeck Man, arropado de gente como Los Saxos del Averno o Guadalupe Plata. Y encima, portada de Xabier Forné de Error design! Silban las balas. (spotify, bandcamp)

Los Mambo Jambo - Jambology (Buenritmo). La banda capitaneada por el saxo de Dani Nel-lo y lujosamente secundada por el contrabajo de Ivan Kovacevic, la batería de Anton Jarl y la incorporación de Dani Baraldés a la guitarra, sigue dándonos alegrías y demostrando no ser únicamente una banda de directos incendiarios. La producción del hiperactivo Jairo "Depedro" Zavala parece haber dotado al combo de una mayor perspectiva, consiguiendo extraer una diversidad de sonido que quizá no encontrábamos en sus anteriores trabajos. Doce pildorazos donde el cuarteto se muestra más reposado y atento a los detalles, haciendo que su r'n'r instrumental se enrede en escarceos con el swing, r&b, surf o incluso ritmos latinos. (spotify)

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